Muy cerca, muy cerca, infiernos
crecen)
Un coro de antígonas por las calles,
inventando sepulcros simbólicos,
minimalistas, de plástico.
¿Quién nos recordará después de la tragedia?
¿Quién recordará nuestros ridículos?
Hoy cada muerto ha arrumado su vida contra los andenes.
Morir era un lujo hace quinces días.
Hoy,
basura en las calles.
Desecho que espanta al vivo que
evita como puede las canecas
improvisadas,
los ataúdes comunales
de familias desconocidas.
Una ilusión,
un sueño tan largo que los
despertares no lo agotan.
Un sueño sin horizonte.
De Parafina (cantos chonetos desde el fin del mundo)