y eso medio muerto ahora va a pudrir.
El músculo flácido ya no se va a parar,
contaminado de banquetes, hetairas descerebradas,
fajos descoloridos y sementales camuflados.
Ya no piensa.
¿Qué hace ahí?
¿Para qué es que es ese lugar?
¿No ha sido toda la historia sino
el relato de robos que no lo parecen?
Ese es su orgullo.
Ahora la plaga es cara
y no tiene por qué pagarla con su plata.
¡Qué pena! Es que debo aprovisionarme
Con permiso.
(y se lo damos).
De Parafina (cantos chonetos desde el fin del mundo)
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